Presentamos los beneficios asociados al desarrollo de talleres gamificados

La gamificación o ludificación se entiende como el empleo de mecánicas de juego en entornos y aplicaciones no lúdicas con el fin de potenciar la motivación, esfuerzo, la fidelización y otros valores positivos comunes a todos los juegos.

La fidelidad es uno de los objetivos más preciados en el diseño de un sistema gamificado. En la mayor parte de las disciplinas los juegos están orientados al objetivo de aprendizaje teniendo fuertes componentes sociales y plantean simulaciones de algún tipo de experiencia del mundo real que las personas encuentran relevante para sus vidas. La acogida del juego en el mundo académico está haciendo que los desarrolladores respondan con juegos expresamente diseñados para apoyar el aprendizaje inmersivo y experiencial.

La gamificación es una herramienta que puede convertir el aprendizaje en una actividad inmersiva. Perotta y otros autores (2013) señalan que el hecho de aprender mediante disfrute y diversión puede ser un medio para introducir a las personas en un estado de flow. Este estado, traducido al español como flujo, refiere a la sensación de inmersión completa en una tarea.

En la actualidad, es tendencia que las empresas busquen en las técnicas de gamificación fortalecer el trabajo en equipo, la cohesión, integración elementos claves para procesos de reestructuración o bien de innovaciones internas producto de nuevos procesos o métodos propios de los cambios acelerados que está teniendo el mercado.

La integración de la gamificación en las políticas de marketing interno muestra el papel que la gamificación juega al implicar clientes y colaboradores con estrategias de engagement que influyan en sus comportamientos. Esto ha demostrado resultados positivos en la satisfacción laboral y el compromiso de los colaboradores.